Cuando uno es chiquito sueña con grandes cosas, y
a medida que vas creciendo esos sueños se te van olvidando. También te olvidas
de que se trataban, pero como los deseaste con tanta fuerza, de grande trabajas
como loco para hacerlos realidad. Y sin saber cómo ni cuándo, terminan siendo
verdad.
Mi mama y yo caminábamos un día en la orilla de algún
mar Colombiano y yo le decía que me gustaba mucho aquí y que me quería quedar
para siempre. Ella me dijo que algún día viviríamos en el mar, en una casita así
como esa. Yo, cerré los ojos con fuerza y mi deseo se fue a las estrellas y se
quedo ahí esperando. Muchos años después, de la nada salió la oportunidad de
vivir en una isla, muy cerquita del mar. Y aunque no es esa casita en el agua
de la que mi mama me hablaba ese día, es muy parecido. Y llegue a esta Isla
para recordar, que los sueños si se hacen realidad. Solo que debes trabajar
duro para llegar a ellos. Ahora sé que cuando bailaba la Isla Bonita a los
11... Era por algo.
Nunca dejes de soñar. Nunca.
FELIZ VIERNES!!!
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